martes, 19 de junio de 2012

Hollywood; desencadenan un tifón con un grifo y crean diosas con celuloide y titulares de periódico.



Raymond Chandler


“El panel de vidrio opaco de la puerta está atravesado por letras de pintura negra algo descascarada: Philip Marlowe. Investigaciones. (...) La puerta está cerrada con llave, pero a su lado hay otra puerta, con el mismo letrero, que no está cerrada. Pueden pasar... Adentro no hay nadie, sólo yo y un moscardón”.

"Eran aproximadamente las once de una mañana de mediados de octubre sin sol y con una copiosa lluvia en la claridad al pie de las sierras. Llevaba yo mi traje azul pólvora, camisa azul oscura, corbata y un pañuelo desplegado, zapatos gruesos y negros, calcetines negros de lana, con cuadrados azul oscuro. Estaba pulcro, limpio, afeitado y sobrio y me importaba muy poco quién lo supiera. Era en todo el detective privado tal cual debe ser. Iba a pedir cuatro millones de dólares ".  

"¿Cómo puede ser tan dulce un hombre tan duro? -preguntó con curiosidad.
-Si no fuese duro, no estaría vivo. Si no pudiera ser dulce, no merecería estarlo".



El cine negro y Raymond Chandler






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