martes, 15 de mayo de 2012

MYSTÈRE MARKER


"Hoy día, sigue siendo tan desconocido como su propio rostro. No en vano, cuando alguien le pide un autorretrato, envía una foto de su gato"


Se sabe que se sabe poco de Chris Marker. La vieja leyenda que podía figurar en su tarjeta de presentación -"Escritor, fotógrafo, cineasta, viajero"- ya ha quedado anticuada. Probemos con una descripción más amplia, ésta pergeñada por Roger Tailleur al principio de la carrera del cineasta: "Es sencillo, Chris Marker es un escritor cazador de imágenes, un viajero meditativo, un ciudadano del mundo que se expresa en francés, un humanista miembro del spca, un documentalista musical, un idealista dialéctico". 

Tampoco así se da rendida cuenta de quien, varias décadas después, se destapa como videoartista y 'bricoleur' tecnológico, realizando un videoclip a los 69 años, una instalación a los 74 y un cd-rom a los 76... Marker, en efecto, había empezado a trabajar con las nuevas tecnologías y a presentar el resultado en museos y galerías. Rebasar así los límites de la institución cinematográfica en un despliegue de actividad insólito en un octogenario no ha servido para hacer más asequible su obra, dividida entre los comisarios que la programan sin conocer quizá su prolífica filmografía y los cauces cinematográficos que se limitan a proyectar obras en monocanal...

A esta condición fronteriza de viajero entre soportes e instituciones y autor de un hábeas que desafía toda definición, se une la tradicional cortina de humo esparcida sobre su figura por Marker, un artista cuyo mismo nombre es un seudónimo y que tiende a reinventar su biografía como se remonta una película. Lo poco que se sabe de Marker, el hombre, se basa en rumores certificados (Print the legend!). Nació en París o en Mongolia. Quizá proviene de otro planeta. O del futuro, como alguno de sus personajes, aunque es más exacto pensar en él, como dijo alguien, como un hombre del siglo XVIII y del XXII a un mismo tiempo. Le gustan los gatos, las lechuzas y algunas causas políticas. Hoy día, sigue siendo tan desconocido como su propio rostro. No en vano, cuando alguien le pide un autorretrato, envía una foto de su gato.

Mister Marker sigue siendo pues, por voluntad propia, un verdadero mystère Marker. Y un referente obligado en cualquier relato que reconstruya el devenir audio-visual de la segunda mitad del siglo XX. Con la mirada puesta en el XXI.


"MYSTÈRE MARKER:
Pasajes en la obra de Chris Marker".
María Luisa Ortega & Antonio Weinrichter




"El pasado es como el extranjero: no es una cuestión de distancia, sino de atravesar una frontera".  (...) Recuerdo las imágenes que rodé en el mes de enero en Tokio. Ahora sustituyen a mi memoria, son mi memoria (...) Ninguna película había mostrado jamás hasta tal punto que si desajustamos el mecanismo de la memoria, puede servir para algo totalmente distinto del recuerdo. Para reinventar la vida y, en última instancia, para vencer la muerte. Decir que la memoria miente es una banalidad, es más interesante ver en esta mentira una forma de protección natural que podemos regir y modelar. A veces, a esto se le llama arte".  
Chris Marker.
 
 

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