jueves, 27 de enero de 2011

AMATOR - EL AFICIONADO (1979)


En esta tercera presentación de Obras sempiternas me voy a centrar en el sabio del cine. "Amator" (1979) es la segunda película del gran maestro polaco Krzysztok Kieslowski (El azar, No matarás, La doble vida de Verónica, Azul, Blanco, Rojo, etc). "El aficionado" es sin duda una obra distinta ya que no tiene esa gran complejidad narrativa y estética que hemos visto en sus últimos filmes, sino que se centra más en contar una historia por medio de la sencillez. Esta historia tiene índole autobiográfico, y sin lugar a duda, es la obra más personal y directa de este gran e inolvidable maestro. Es una historia sobre el desarrollo del cine dentro del individuo, de cómo aparece casi por accidente a partir de una búsqueda, llamémosla ingenua, de las imágenes en movimiento como mecanismo de memoria personal y familiar. Kieslowski tiene como objetivo mostrar como cambia la perspectiva de una persona a través del ojo de la cámara, como busca y ve más allá del ojo humano, pero que a la vez puede ser - si no se sabe utilizar - una herramienta muy peligrosa. Un film que resulta indispensable para todo cineasta amateur, ya que se centra en dar a luz los principales problemas del cine y como este causa una metamorfosis en el protagonista. El protagonista deja de ser un simple espectador del mundo y de la sociedad, para comenzar a ver cosas que nunca pensó que existían, y descubre que a través de la cámara la realidad tiene otro significado distinto gracias a la resignificación y al simbolismo de las imágenes que el toma.
Kieslowski muestra como cambia la realidad a través del ojo de la cámara a diferencia del ojo humano, pero como también tiene su poderío para mostrar, también posee la fatalidad para destruir. Filip quiere grabar a su hija recién nacida y desde allí comienza una aventura armado de una cámara de Super 8. El proyecto inicial, un diario familiar íntimo, va dejando poco a poco, y a veces muy accidentalmente, de ser una afición para convertirse en una parte significativa de la vida del personaje. Hecho que el mismo Filip no es capaz de expresar coherentemente cuando le dice a su esposa que ha encontrado algo dentro del cine, que no sabe qué es, pero que es algo grande y que puede ser mayor que la felicidad que da la paz y la tranquilidad del hogar. Filip se hace cineasta por sus propios medios, primero como camarógrafo, luego como montador y finalmente como realizador y como autor. En principio él sólo quiere mostrar “lo que está ahí”, y de esa manera permite que en sus cortos documentales se combine la presencia de altos cargos burocráticos del sindicato de su empresa con las palomas que pasan por la ventana. Poco a poco irá construyendo un discurso cinematográfico propio e irá descubriendo que el cine es un lenguaje. Pero su consigna será siempre mostrar las cosas que pasan en la vida real. Este enfoque lo llevará a tener conflictos con el director de la empresa quien es quien financia las aventuras cinematográficas de su empleado. Su nueva pasión y su nueva mirada es mucho más fuerte que cualquier otra cosa, hasta de su propia familia.

Kieslowski en esta historia compone un ambiente asociado al mundo de la fábrica y del trabajo, en medio de un pequeño pueblo de Polonia a finales de los años 70, donde el desarrollismo comunista construía grandes urbanizaciones y complejos sistemas industriales. Allí sucede la historia y que mejor lugar y época para contarla. Estos cambios fueron cruciales para Polonia y dejar plasmados este desarrollo en un celuloide, para Filip era un gran atractivo. Filip, animado por su jefe, decide dejar a tras su idea de filmar a su hija y centrarse en filmar esos cambios. A través del ojo de la cámara descubre que estos cambios no son tan leales como parecen, detrás de esta moderna fachada del progreso, había otros tipos de descuidos e irresponsabilidades que el decide mostrar al mundo. El protagonista nos mete en la piel de un cineasta en sus primeros pasos, con sus virtudes y sus defectos, sus facilidades y dificultades, sus miedos morales y a la confrontación de principios éticos. Kieslowski también deja muy en claro que el cine debe ser algo personal y no utilizado con objetivos demagógicos. Hay una escena de gran emoción, que es cuándo el filma a su amigo con la furgoneta y a la madre, luego cuando ella muere, su amigo le pide de ver la filmación. Al terminar de verla este le agradece por mantener viva a su madre eternamente y se queda con el rollo fílmico. Hay momentos de gran emotividad pero también de gran dolor, esta atractiva y nueva obsesión del protagonista por el cine, produce que este vaya perdiendo de a poco a su familia.
Kieslowski deja muy claro en los primeros planos del film, cómo el poderoso puede destruir cuándo quiera al débil, lo hace a través las imágenes de un águila cazando a una pobre gallina indefensa a la cuál ataca sorpresivamente y arrancándole sus plumas. Esta escena es crucial y resume el tema principal del film de una manera magistral. El director censura lo que a él le parece perjudicial en los trabajos de Filip, pero a la vez este poder también produce que el mismo Filip su autocensure, que en sí, esa resulta es la peor censura existente para un artista, la de uno mismo. El protagonista encuentra en el cine liberación y ve al mismo como registro de la memoria, como exploración de la realidad, como “responsabilidad” y compromiso de el como autor. En el film también hay un homenaje al director de cine Zanussi, a los cineclubs y a los debates posteriores al visionado de una película, cierta intención paródica en el festival de cine, con algunos personajes ridiculizados y tan estereotipados dentro de los festivales. "El aficionado" habla sobre la perspectiva de la creación, la fascinación y conflicto a la hora de decidir lo que es y lo que no es arte, lo que merece la pena registrar, el compromiso del director con la realidad, con el público, la libertad del artista... Pero al final lo que se impone es el conflicto ético del protagonista con el director de la fábrica, quién resultan el censor de sus trabajo. El aficionado es cine sobre el cine. Es un film que se cierra sobre si mismo y que acaba donde comienza, en dónde el cine es reflejado sobre su propio espejo.
En esta obra, además de confluir el pesimismo del saber y el optimismo del deseo, podemos observar que el director polaco hace gala de sus primerizas ideologías políticas y sociales. La censura está presente en varias ocasiones a lo largo del film, con el compañero de trabajo de Filip, con su niña y rodeándole en su vida cotidiana. Kieslowski aquí también nos ingresa a un mundo algo extraño a través del personaje de la esposa del protagonista. Ella tiene una especie de visión del futuro o presiente algo sobre lo que va a suceder. Ella adivina que tendrá una nena, ella adivina que la madre del amigo de Filip va a morir (también para no adivinarlo, Kieslowski nos lo simboliza metiéndola en una furgoneta para llevarla al hospital , pero esta furgoneta que maneja su hijo la usa como coche fúnebre) y ella sueña que un buitre mata a una indefensa paloma ¿Muy parecido a las imágenes del comienzo no?. Ella sabe, en su universo de percepciones, que algo malo va a suceder con su marido. Kieslowski nunca deja a un lado su universo metafísico, algunas veces con más presencia y otras veces con menor, pero siempre está presente. Al igual que sus juegos de simbolismos, en esta obra resultan más sutiles y directos que en sus posteriores obras. Kieslowski no utiliza ninguno de sus magistrales artilugios estéticos, debido a los pocos recursos con los que contó a la hora de filmarla, pero allí demuestra que su talento se ve tanto en esta historia sencilla como en sus mágicas obras posteriores. El protagonista se ve inmerso en un nuevo universo, el del cine y el del mirar a través del ojo de la cámara. Esto cambia su vida pero también su mirada y perspectiva para con lo que le rodea.
Para resumir, es un film de una inmensa profundidad y muy interesante para meterse de lleno en la moral y en la ideología de un cineasta. Difícil de saborearlo en su plenitud en un primer visionado, pero que llena completamente tras comprender sus motivos. Una gran obra que nos ingresa de lleno en la mirada de un director amateur pero que resulta como excusa para poder Kieslowski hablar sobre sus principios, sus miedos, su perspectiva y su sabio significado del cine (sobre todo en la última escena del film). "El aficionado" es una obra que lo lanzo a la fama y que marcó en el cine el primer gran paso de este gran sabio. Un director de una corta filmografía - debido a que falleció joven - pero que dejo las lecciones más importantes del cine. No hubo ni habrá alguien como Krzysztof Kieslowski, un ser que encontró en el cine su propio camino hacia el significado de la vida pero que en cuyo camino descubrió también, nada más nada menos, que el significado del cine.

Ariel Luque (Cinevivo)

"La verdadera cuestión no es si somos o no somos libres, sino si realmente queremos serlo"
Kieslowski

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