Andrei Tarkovsky
Nacido en la localidad de Zavrazhe, Ivánono, Unión Soviética (ahora Rusia). Su padre fue el reconocido poeta Arseni Tarkovski. En su juventud, estudió música, pintura y escultura, aprendió lenguas orientales en Moscú antes de interesarse por el cine; también trabajó como geólogo por un tiempo en Siberia. Se inscribió en la aclamada Escuela de Cine VGIK (Instituto Estatal de Cinematografía de todas las Rusias), bajo la enseñanza de Mijaíl Romm; realizó cortometrajes y conoció a quienes serían sus mejores amigos y compañeros de clase, Sergéi Parajanov y Mijaíl Vartanov; al tiempo que estudiaba cine también estudiaba violín, al punto que el film con el cual obtuvo la graduación es: El violín y la apisonadora.
Tarkovski pronto fue el centro de atención de todo el mundo con su primer largometraje, La infancia de Iván (1962), que obtuvo el León de Oro del Festival de Cine de Venecia, Italia (ex-aequo con Cronaca familiare de Valerio Zurlini). Sin embargo, Tarkovski cayó bajo la estricta vigilancia de las autoridades rusas, que temían que sus siguientes filmes no comulgasen con los ideales del Partido Comunista de la Unión Soviética (no mostrar imágenes religiosas, p. ej.) y mostrasen el otro rostro de la Unión Soviética, de este modo se le recortó el presupuesto para filmar El idiota de Fiódor Dostoyevski y se le negó enteramente el rodaje de una película dedicada al Evangelio de Lucas. Eran los años de la Guerra Fría y cualquier denuncia —ya fuera de manera directa o velada— hacia el régimen en cualquiera de las facetas artísticas era pronto reprimida. Como resultado de esa vigilancia, el siguiente film de Tarkovski, Andréi Rubliev (1966), fue prohibido hasta 1971. Andréi Rubliev fue exhibida a las cuatro de la mañana del último día en el Festival de Cine de Cannes, Francia, por orden expresa de las autoridades rusas con el fin de evitar cualquier posible nominación a los premios (de hecho, no ganó ninguno) y fue distribuida parcialmente para salvaguardar las apariencias.
A pesar de que no tenía control sobre el destino final de sus filmes, Andréi Tarkovski siguió filmando. Su siguiente filme, Solaris (1972), fue pronto aclamada en el Este y considerada por muchos como la respuesta soviética a la película 2001: Una odisea del espacio, del director estadounidense Stanley Kubrick, aunque Tarkovski siempre afirmó que no la había visto. De acuerdo a su libro póstumo Esculpir el tiempo y a su propio testimonio dentro del documental Tempo di viaggio, Andréi Tarkovski consideraba Solaris como su película menos lograda porque no había conseguido escapar de las reglas del género de ficción científica.
Sin embargo, trabajar en la Unión Soviética significaba trabajar siempre con las limitaciones, tanto creativas como cinematográficas, impuestas por las autoridades rusas. Sobrepasar tales limitaciones significaba tener problemas graves para cualquier cineasta ruso. En 1975, Tarkovski tuvo un problema con las autoridades, que por poco le costó la cárcel, a raíz de su película Zerkalo (El espejo), una densa y autobiográfica película con una radical e innovadora estructura narrativa.
Su siguiente película, también de ficción científica, Stalker (1979), tuvo que ser filmada de nuevo, con una dramática reducción económica en la producción, después de que un accidente en el laboratorio destruyese totalmente la primera versión filmada. Nostalgia (1983), filmada en Italia, fue su última película realizada bajo la estricta vigilancia de la Unión Soviética, ya que poco después de su filmación Tarkovski huyó con su esposa a Suecia, cansado de las maniobras represivas de las autoridades hacia su obra cinematográfica.
Su última película, Sacrificio (1986), fue filmada en Suecia con la ayuda de los colaboradores habituales del cineasta sueco Ingmar Bergman, ganó cuatro premios en el Festival de Cine de Cannes, un hecho sin precedentes en la historia del cine ruso. Sin embargo, en esos meses Andréi Tarkovski estaba sufriendo los estragos del cáncer y le fue imposible asistir a recoger el Premio Especial del Jurado que obtuvo esta película, y fue su hijo Andriushka quien lo recogió ante un aplauso general que se prolongó durante varios minutos.
Andréi Tarkovski, a la edad de 54 años, completamente alejado de su tierra natal y meses después de la filmación de Sacrificio, murió de cáncer pulmonar el 29 de diciembre de 1986, en París. Andréi Tarkovski fue enterrado en un cementerio para inmigrantes rusos en Francia en el pueblo de Sainte-Geneviève-des-Bois, en Isla de Francia.
Michal Leszczylowski
Michal Leszczylowski es profesor de Edición en el Instituto Universitario de Cine, Radio, Televisión y Teatro de Oslo, en Suecia. Ha trabajado como editor en más de veinte largometrajes.
Fue invitado por Anna-Lena Wibom, directora de producción de Sacrificio, a colaborar con Tarkovski como editor y ayudante de dirección en la película que Tarkovski dirigiría en Suecia. Su conocimiento del idioma ruso (Michal nació en Polonia), pero sobre todo una especial afinidad con Tarkovski hicieron que esta colaboración profesional se transformara pronto en amistad.
Anna-Lena Wibom había contratado también a una compañía de cine documental para que filmaran el rodaje de Sacrificio. Concluido éste, la compañía hizo un making off, que no gustó demasiado. Leszczylowski se ofreció entonces a hacer él mismo una nueva versión, contando con que Tarkovski se interesaría en la idea y podrían trabajar juntos. Y así fue: Andréi y él empezaron a elaborar una nueva composición del documental, a partir del abundante material filmado durante el rodaje.
Poco tiempo después, sin embargo, a Tarkovski le diagnosticaron el cáncer del que iba a morir al cabo de pocos meses. Comenzaron los tratamientos, la debilidad, los traslados a clínicas y a lugares donde Tarkovski pudiera recuperarse de los agresivos tratamientos con que trataban de frenar su enfermedad, ya muy avanzada. El montaje de la película documental hubo de ser pospuesto indefinidamente.
De hecho, Leszczylowski tuvo que retomarlo en solitario, meses después del fallecimiento de Andréi, con la conciencia del compromiso moral que le unía a la realización de ese proyecto. Resultado de su trabajo es el filme Directed by Tarkovski (SFI, 1988; 102 min., color), del que Leszczylowski es guionista y director, y que se ha transformado en un documento esencial para comprender la última película de Tarkovski, es decir, su madurez artística.
Posdata:
Dedicamos este fin de ciclo al genial realizador ruso tratando de comprender, lo mejor posible, lo que implica la técnica cinematográfica dentro del panorama creativo contemporaneo. Accediendo, por medio de una filmación sin pretensiones artísticas, al proceso creativo de uno de los grandes y por ende al metodo de composición en general que se lleva a cabo dentro de la maquinaria de producción cinematográfica. Se trata de desmenuzar aquello que se queda oculto tras el espacio fílmico, aquello que no existe mas que en la dimensión de la realidad, aquello que no se repite, aquello que solo dispone de una toma, aquello que es más humano, si cabe, que la poética cinematográfica.
El documental de Leszczylowski, se acerca discretamente a la figura de Tarkovsky para mostrarnos, sino humanizarnos, las características propias del medio, toma de decisiones y reflexiones acerca del encuadre, el atrezzo o el propio sentido espiritual de la pelicula, mejorando la accesividad entre el creador y el espectador. En esta ocasión la mesa no esta puesta, sino que como espectadores, nos toca entrar en la cocina y ayudar a preparar la cena.
Desde Lumiére & Lumiére queremos agradecer la buena acogida de este ciclo (Metacine) con el deseo de seguir caminando, siempre de vuestra mano, por el sendero trazado por tantos cineastas y crecer altos y fuertes bajo la atenta mirada de todos aquellos dispuestos a acompañarnos. Para eso estamos. Mila esker.
David Rodríguez
Desde la visible y la in.visible, encantadas ambas de acompañaros, mila esker suei
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