lunes, 22 de noviembre de 2010
La Alhóndiga muestra 120 dibujos originales de Kurosawa.
La exposición 'La mirada del samurái: los dibujos de Akira Kurosawa' ofrece en Bilbao, por primera vez en España, la posibilidad de ver 120 dibujos originales de los 'storyboards' o diseños de escena que el director japonés trazó para sus seis últimos filmes. La muestra, que puede visitarse hasta el 30 de enero de 2011 en el centro de ocio y cultura Alhóndiga Bilbao, forma parte de los eventos que conmemoran el centenario del nacimiento del cineasta (1910-1998) y que se celebran en doce ciudades españolas bajo la denominación de "Año Kurosawa".
Filmografía:
- Madadayo (1993)
- Hachigatsu no kyoshikyoku (1991) Rapsodia en agosto
- Yume (1990) Los sueños de Akira Kurosawa
- Ran (1985)
- Kagemusha (1980) Kagemusha, la sombra del guerrero
- Dersu Uzala (1974)
- Dodesukaden (1970)
- Akahige (1965) Barbarroja
- Tengoku to jigoku (1963) El infierno del odio
- Tsubaki Sanjûrô (1962)
- Yojimbo (1961) Mercenario
- Warui yatsu hodo yoku nemuru
- Kakushi toride no san akunin (1958) La fortaleza escondida
- Donzoko (1957)
- Kumonosu jo (1957) Trono de sangre
- Ikimono no kiroku (1955)
- Shichinin no samurai (1954) Los siete samuráis
- Ikiru (1952) Vivir
- Hakuchi (1951) El Idiota
- Rashomon (1950)
- Shubun (1950) Escándalo
- Nora inu (1949) El perro rabioso
- Shizukanaru ketto (1949)
- Yoidore tenshi (1948)
- Subarashiki nichiyobi (1947)
- Waga seishun ni kuinashi (1946)
- Asu o tsukuru hitobito (1946)
- Tora no o wo fumu otokotachi (1945)
- Zoku Sugata Sanshiro (1945) Judo Saga II
- Ichiban utsukushiku (1944)
- Sugata Sanshiro (1943) Judo Saga
- Uma (1941)
miércoles, 17 de noviembre de 2010
Sobre "Queridísimos verdugos"
«... Y creéis que porque una mañana levanten una horca en sólo unos minutos, porque le pongan la soga al cuello a un hombre, porque un alma escape de un cuerpo miserable entre los gritos del condenado, ¡todo se arreglará! ¡Mezquina brevedad de la justicia humana!... Nosotros, hombres de este gran siglo, no queremos más suplicios. No los queremos para el inocente ni para el culpable. Lo repito, el crimen se repara con el remordimiento y no por un hachazo o un nudo corredizo. La sangre se lava con lágrimas y no con sangre.»
Victor Hugo
¿Acaso han cambiado demasiado los tiempos? ¿Hemos legado a alcanzar ese ideal humanitario que profesan los gobiernos actuales? lo cierto es que no, ni los tiempos han cambiado demasiado, ni los derechos humanos encabezan el primer puesto de las prioridades globales. Y si la acción directa ha dejado paso al voyeurismo y a la pasividad, entonces no parece convincente la frase de que la civilización ha evolucionado hacia mejor, que ahora no nos matamos como antaño. Hace cuatro años la ejecución de Saddan Hussein se podía ver en todo el mundo vía Internet creando un diálogo casi sin precedentes entre justicia (ajusticiamiento) y pueblo. Los bombardeos a Gaza, la ocupación de Osetia del sur son casi programas de televisión que se han digerido como un gran hermano. Millones de vulneraciones sociales (persecuciones étnicas y políticas) se suceden en medio mundo mientras los países “desarrollados” callan y hacen números para escapar de una situación de bancarrota creada por ellos mismos. Millones de niños destrozan sus cuerpos trabajando en minas y vertederos explotados por una maquinaria capitalista que crece y crece como Gargantúa mientras los estratos mas altos de la sociedad se comen la cabeza pensando que Móvil regalar a sus hijos en navidad. La vida sigue, sí y seguirá por mucho tiempo, sin embargo el camino es tortuoso para los desfavorecidos y soñoliento e irreal para aquellos que ven la televisión a la hora de comer. La tortura, el ajusticiamiento y los genocidios que se han servido en la mesa de la historia no solo pertenecen a los francotiradores, generales y verdugos, no solo han sido bendecidos por los gobiernos sino también por los ciudadanos que callan y otorgan, por los miserables humanos que entregan su propia responsabilidad a aquellos a quien votan, si es que votan, si es que quieren, si es que pueden... mientras tanto, en pleno siglo XXI el papel del hombre se sigue resumiendo con esa frase tan conocida de Hobbes “homo homini lupus.”
Desgraciadamente, y para concretar en el tema que nos ocupa, en este país tenemos mucho que callar. Hasta el año 1975 se llevan a cabo asesinatos legales por medio de un instrumento atroz de madera y hierro llamado "garrote vil", cosa que parecía gustar mucho a los españoles, puesto que miles de ciudadanos se aplastaban los unos a los otros en las plazas de las ciudades y pueblos para intentar ver y oír mas de cerca como un hombre... o una mujer, se dejaba la vida en pos de la justicia.
El salmantino Basilio Martín Patino filma de forma clandestina, aun en años de la dictadura, un documento de gran valor sociológico prestando sus ojos y oídos a tres verdugos de la dictadura franquista de finales de los 70. Antonio López Sierra, Vicente López Copete y Bernardo Sánchez Bascuñana hablan sin tapujos, puesto que no los tienen, acerca de su oficio. Explican como el devenir del tiempo les llevó a desempeñar semejante bajeza y juzgan, mientras comen y beben, la funcionalidad de tal oficio, justificando por momentos el ojo por ojo y diente por diente mientras el país se cocía en la olla del odio y la mezquindad. Martín Patino, como un interlocutor mudo, nos propone un duelo, un duelo que pone a prueba nuestra comprensión y nuestra capacidad para racionalizar sobre el sentido mismo de la vida humana y con total respeto y por que no decirlo, unas gotas de surrealismo, nos obliga a hacer un acto de conciencia y a reflexionar sobre nuestra propia sinceridad.
Si alguien está libre de pecado que tire la primera piedra. Si alguien quiere juzgar a estos tres jinetes del Apocalipsis que lo haga, pero no seré yo el que escupa al cielo y me quede a esperando a que llueva.
David Rodríguez
Carlos Heredero
sábado, 13 de noviembre de 2010
Muere el genial Luis García Berlanga
Hoy, sábado 13 de noviembre del 2010, ha fallecido en su casa de Madrid a los 89 años de edad el insigne director de cine Luis García Berlanga.
“El dolor me jode, pero morirme me jode más.”
(Luis García Berlanga)
Si aguzamos el oído tal vez oigamos resonar estas últimas palabras del director valenciano, que aún no se ha llevado el viento porque la muerte ha sido más rápida ya que habían de publicarse mañana domingo en XL Semanal, revista dominical del periódico ABC, y que hoy quedan obsoletas por la terrible noticia de su fallecimiento. Berlanga junto a su familia concedía esta entrevista con motivo de su última incursión como director de una campaña publicitaria de Médicos sin Fronteras que intenta concienciar sobre el dolor ajeno, y en la que él mismo se mostraba ante la cámara ofreciendo su rostro demacrado y envejecido, reflejo implacable de las secuelas del paso del tiempo pero en el que apenas se vislumbra la terrible enfermedad que hoy provoca su muerte, el Alzheimer.
Polémico, irónico, crítico, arriesgado,… estos y muchos más son los adjetivos que se le pueden adjudicar a este genio del cine español que tras su muerte cierra una etapa de vanguardia creada durante la dictadura franquista y que reunió a grandes figuras de la cinematografía española como Rafael Azcona, Jose Antonio Bardem, Juan Esterlich o Jose María Forqué.
Berlanga alcanzó lo que muy pocos han logrado, crear su propia impronta: el cine Berlanguiano, al estilo de Fellini, Wilder y otros grandes. Gran observador y conocedor del ser humano consiguió burlar las trabas de la censura con su particular toque humorístico y mostrar al mundo entero una imagen tierna y trágica a la vez de un país que ante todo sabe reírse de sí mismo. Entre su filmografía destacan obras maestras como “El verdugo”, “Bienvenido Mister Marshall”, “Plácido”, “La escopeta nacional” o “La vaquilla”.
viernes, 5 de noviembre de 2010
BASILIO MARTÍN PATINO
Breve biografía:
Basilio Martín Patino nació el 29 de octubre de 1930 en Lumbrales (Salamanca). Sus padres, ambos profesores, eran de derechas y católicos y sus dos hermanos se dedicaron a la vida religiosa (su hermano José María, sacerdote, fue secretario del cardenal Tarancón y otra hermana es religiosa). Sin embargo, Basilio tomó un camino muy distinto, asumiendo posturas anarquistas que se verían reflejadas en su cine. Estudió en la Universidad de Salamanca, licenciándose en Filosofía y Letras, y posteriormente obtuvo el título de director-realizador por la Escuela Oficial de Cine de Madrid.
Antes de dedicarse al cine realizó estudios literarios y escribió Calle Toro, antes Generalísimo, libro que fue finalista del Premio Biblioteca Breve pero que el mismo autor no quiso publicar aunque se lo propusieron (por ejemplo el historiador Manuel Tuñón de Lara lo quiso publicar en París). En sus comienzos, Martín Patino fue uno de los pioneros de la publicidad en España, pero su carácter independiente le hizo dedicarse a sus propios proyectos, siendo en 1953 cuando se acercó verdaderamente al cine, creando el cineclub de la Universidad de Salamanca y publicando la revista Cinema Universitario.
En 1955 organizó en Salamanca las I Conversaciones sobre el Cine Español, conocidas como las Conversaciones de Salamanca, que habrían de tener gran resonancia en el futuro del cine del país. En el encuentro, cuyo cerebro fue Ricardo Muñoz Suay, se reunieron los mejores directores del cine español de la época.
Tras dirigir varios cortometrajes, se licencia en la Escuela Oficial de Cine en 1961 con la película Tarde de domingo. En 1963 realiza el cortometraje Torerillos, que le supondría sus primeros problemas con la censura (el censor le pidió que retirara el humo de un tren argumentando que "ensuciaba el paísaje de Castilla La Mancha ya de por sí feo"). Su gran éxito le llega tres años después con la película Nueve cartas a Berta (1966), que obtiene la Concha de Plata en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián; el encuentro con el público fue un éxito y la película estuvo en cartel, para asombro del propio Patino tras sus problemas con la censura, durante cien días.
A partir de ese momento, Patino realiza una carrera alejada de los circuitos comerciales, destacando por los documentales Canciones para después de una guerra (1971), su obra de más éxito junto con Nueve cartas a berta y en el que, mediante el uso de imágenes procedentes principalmente del NO-DO y canciones de la época ofrece un recorrido por la posguerra española; Queridísimos verdugos (1973), con entrevistas a varios verdugos de la época y a familiares de ajusticiados; y Caudillo (1974), sobre Franco. Estos dos últimos, como otras de sus obras, tuvieron que ser realizados de forma clandestina y sólo pudieron ser estrenados tras la muerte de Franco.
Dentro de su militancia anarcosindicalista, participa en la Fundación Cultural de la Confederación Nacional del Trabajo.
Su interés por la cinematografía de no ficción le lleva a explorar los territorios del falso documental, como el dedicado a la matanza de campesinos libertarios en Casas Viejas o La seducción del caos (1991), con Adolfo Marsillach. Destaca también su interés por las tecnologías audiovisuales, tanto las pioneras (posee una colección de zoótropos y linternas mágicas, instalada en la sede de la Filmoteca de Castilla y León) como las nuevas, lo que le lleva a investigar las posibilidades del vídeo desde su aparición, así como los recursos que la imagen en 3D, los videomuros o la edición informática pueden ofrecer al creador.
En 2007 recibió el título de Doctor honoris causa por la Universidad de Salamanca.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Un passeig abans del migdia (un paseo antes del mediodía)
"Un Passeig abans del Migdia es una historia inclasificable, donde todo, realidad y ficción, presente y pasado, se mezclan en un relato terrorífico del paso del tiempo, y de las cosas que nunca cambian."
_Ricard Vives_
dirección: Ricard Vives
guión: David Rodríguez
montaje: Xavier Vives
script: Xavier Vives
operador cámara: Jesús Santos
caracterización: Begonya Martínez
producción: Xavi Pujals, Patricia Manresa
sonido directo: Gerard Borràs
dirección de arte: Mónica Oset
música: Ramón Olesti
post-producción de sonido: Olesti, música y sonido
padre: Eduard Fisas
hijo: Pau Nubiola