Francia (1976)
Dirigida por Joseph Losey
Interpretada por Alain Delon, Jeanne Moreau, Francine Berge, Juliet Berto, Jean Bouise, Suzanne Flon, Massimo Girotti, Michael Lonsdale, Michel Aumont, Roland Bertin, Magali Clément, Gérard Jugnot.
Guión de Fernando Morandi, Constantin Costa-Gavras
Música de Egisto Macchi, Pierre Porte
Fotografía de Gerry Fisher
Producción Franco-Italiana producida por Alain Delon y Robert Kuperberg (no acreditado) para Adel Productions, Lira Films, Mundial Films y Nova Films.
Crítica personal de Esti Zumake: Valoración 9/10
Espectacular ejercicio de misterio e intriga del reputado director estadounidense Joseph Losey.
Ambientada en el París de 1942 durante la ocupación nazi, ya en su primera secuencia nos muestra el sinsentido y la deshumanización del fanatismo a través de una revisión médica, donde el tamaño y curvatura de una nariz, la forma de un craneo y de unos talones serán suficientes para condenar a una desamparada mujer a un destino fatal.
Ese es el terrible ambiente que se respira en la ciudad natal del Señor Klein. Interpretado magistralmente por Alain Delon, quien consideró esta su mejor película, colaborando incluso en la producción, se aleja radicalmente de los papeles de galán que le llevaron a la fama. En esta ocasión interpreta a un ser mezquino y sin escrúpulos que, amparado en su sangre francesa, se muestra indiferente a lo que está sucediendo en su país y aprovecha la coyuntura para hacer negocio comprando a precio de saldo piezas de arte a los judíos, cuya única salvación está en escapar. Hasta que un día recibe una publicación judía que solo se distribuye a suscriptores. Decide investigar y descubre que hay otro Señor Klein. Pero llega tarde, la revista ha entregado una lista de los suscriptores a la policía y su nombre figura en ella. A partir de ese momento comienza su búsqueda particular. Ha de demostrar que existe otro señor Klein...y es ese otro señor Klein quien conducirá sus pasos a partir de ahora. Un personaje antágonico al protagonista, con muchas similitudes físicas pero con un espíritu rebelde y carismático que logrará eclipsar a Delon en gran parte de la película, recordando al personaje de Rebeca de Alfred Hitchcock.
Losey va hilando con gran maestría cada una de las secuencias, de tal forma que la siguiente desvirtua las conclusiones que un espectador avezado haya intuido en la anterior. Hay momentos en los que la trama se envuelve en un ambiente onírico que conduce a pensar en un posible desdoblamiento de personalidad o en una invención por parte del protagonista, en otros en una confabulación ideada para cazar a un cazador que merece ser cazado, y en otros, en una mente fría y calculadora capaz de urdir un plan tan evidente que resulta increible. En ocasiones todo se vuelve incomprensible, como un sueño agitado o una pesadilla, un sinsentido que recuerda al indefenso personaje K (que curiosamente podría aplicarse al Señor Klein) de la obra "El proceso" de Kafka, resultando tan cruel como conmovedora.
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