Dentro de la producción literaria fantástica, las supercherías y las viejas tradiciones culturales del siglo XVIII y XIX en Castilla, cabe encuadrar esta peculiar cinta de tintes épicos que mezcla con maestría la magia romántica de Bécquer y el sensual y cíclico ideal de "Las mil y una noches"; una obra que cabalga continuamente entre la realidad y la ficción, entre el humor y el horror.
Si me refiero a la peculiaridad del film no es tanto por el desarrollo de la historia o por su técnica para contarla, que es sobresaliente, sino a que este documento histórico fue producido e interpretado por un equipo de cineastas polacos capitaneados por Wojciech Has, director de la inquietante “The Hour-Glass Sanatorium” (1973).
Este particular director polaco completa sus estudios de bellas artes en Cracovia después de dedicarse durante años a la enseñanza. Tras varios films, unos educativos, otros para el gobierno polaco, dirige en 1957 su primer largo: "Petla". Después Has decide tomar un camino creativo distinto al de la nueva ola polaca, creando a su alrededor un mundo lírico-surrealista desarrollado en todo su esplendor en la película que nos ocupa.
"He visto la película de Has al menos tres veces lo que, en mi caso, es algo excepcional.” _Luis Buñuel_
“El manuscrito encontrado en Zaragoza”, perdida hasta que Scorsese y Coppola la reeditan hace no demasiado, supone un mágico ejercicio narrativo construido según la técnica del relato enmarcado, con historias dentro de historias que se ramifican y se entremezclan desarrollándose de boca en boca y de secuencia en secuencia, hasta cerrar un círculo a modo de, como ya hemos dicho, "Las mil y una noches" o "Los cuentos de Canterbury". Cabe señalar que la película está basada en la obra "Manuscrit trouvé à Saragosse" del noble, historiador, científico y escritor polaco Jan Potocki, que se suicidó en 1815 con una bala de plata que él mismo había fundido de la tapa de un azucarero... ahí es nada.
"Las cosas del pasado, cuestiones dejadas atrás hace tiempo, se superponen a la realidad actual. El subconsciente invade la realidad. Los sueños así permiten una revelación, nos muestran el futuro" _Wojciech Has_
La película nos sitúa a principios del siglo XVIII en plena guerra napoleónica.
A través de un viejo tomo encontrado en Zaragoza por un militar, nos adentramos en un sinfín de historias mágicas pobladas de exóticas damas moriscas, brujas, cabalistas, truhanes y demás personajes grotescos que van creando un crisol fantástico en torno al personaje del capitán Alphonse Van Worden, que de camino a Madrid se verá sumergido en un mundo totalmente ajeno a él y que pondrá a prueba su temple y su cordura. De esta manera, a través de sus ojos y de las anécdotas de los personajes con los que se ira topando, se sucederán historias fabulosas acontecidas en lugares tan míticos de la geografía castellana como la Venta quemada, la Posada de los alcornoques o las orillas del Guadalquivir en Sierra Morena.
Wojciech Has recrea ese ambiente onírico propio de toda narración de leyenda gracias a un guión enrevesado y danzarín y a una cuidadosa puesta en escena, amén de unos decorados y de un vestuario dignos de cualquier superproducción. Todo ello, unido al particular tono humorístico-fantástico de sus diálogos y a una elegante y bien contrastada fotografía en blanco y negro de Mieczyslaw Jahoda, convierten esta pieza de tres horas en una joya del cine como lo es el "El Decamerón" en literatura. Un pedacito de historia que nos brinda otro gran genio de la cinematografía polaca.
“El espacio es el dominio de la pintura; el tiempo es el dominio de la literatura y el cine. Jugar con el tiempo activa la imaginación de los espectadores." _W. Has_
_Darius Somerset_