miércoles, 14 de julio de 2010

Un prophète (Un profeta) (2009) - Continua la tradición del realismo carcelario



Esti Zumake. Valoración 9/10


En 1957 Robert Bresson presentaba en Cannes su quinta película "Un condamné à mort s'est échappé" (Un condenado a muerte se ha escapado), adaptación de un relato autobiográfico de André Devigny que narra la historia de Fontaine, un miembro de la resistencia francesa que es arrestado por el ejército alemán y conducido a la prisión de Montluc donde pronto será ejecutado. El realismo narrativo, la precisión para mostrar los pequeños detalles de la fuga y la magistral utilización del sonido fuera de campo sirvieron para que Bresson fuese galardonado con el Premio al Mejor Director y que esta obra fuese encumbrada como una de la joyas del cine francés.

Cuatro años después llegaría "Le trou" (La evasión), obra póstuma del director francés Jacques Becker ("París, bajos fondos"). Basada en la novela de Jose Giovanni cuenta minuciosamente el plan de fuga que cinco presos protagonizaron en la cárcel de La Santé. A través del cambio de celda de Gaspard Claude, encargado de completar el quinteto, Becker introduce al espectador entre estas cuatro paredes haciéndole participe del plan del grupo y convirtiéndolo en uno más. Ésta es sin duda otra obra maestra del cine galo a la que el prestigioso director Jean-Pierre Mellville llegó a definir como la más bella película realizada en Francia.

Siguiendo la tradición y en pleno Siglo XXI, Jacques Audiard ("De latir i corazón se ha parado", "Lee mis labios") nos vuelve a fascinar con su última película "Un prophète" (Un profeta). Esta película, premiada en el Festival de Cannes con el Gran Premio del jurado y que estuvo nominada al Oscar de mejor Película de habla no inglesa, es un buen ejemplo de trabajo en conjunto donde tanto la interpretación, como la fotografía, el montaje, la escenografía y la puesta en escena en general consiguen unos resultados soberbios.

A diferencia de sus predecesoras que estaban basadas en historias reales, esta historia ficticia es el producto de tres años de trabajo en común entre Jacques Audiard y Thomas Bidegain, aunque esto no impide que el espectador quede abrumado por tanta dureza y se sienta participe de una historia impregnada del mayor realismo.

Este excelente guión cuenta la historia de Malik El Djebena (Tahar Rahim), un joven árabe de diecinueve años, que tras pasar por varios reformatorios, es abandonado a su suerte en un presidio donde ha de cumplir una condena de seis años. Esclavizado por la mafia corsa y renegado por la comunidad árabe, este joven ha de aprender a desenvolverse en un entorno más que hostil. Al igual que Kafka nos cuenta en su "Informe para una Academia" como un mono se ve obligado a aprender a hablar y a comportarse como un humano para conseguir, no ya la libertad, que la perdió el día que le capturaron, sino una escapatoria, nuestro protagonista solo tiene una salida, convertirse en un tipo duro para sobrevivir en un mundo donde la libertad no se consigue traspasando un muro, sino siendo uno mismo quien posea el control.

Como Fontaine (el protagonista de "Un condenado a muerte se ha escapado") que con la voz en off comparte con nosotros sus pensamientos, Malik también tiene conciencia y nos la muestra personificada en Reyeb, su primera víctima, que conoce sus miedos y que le acompaña en este proceso de madurez y de búsqueda de la identidad.








Bresson y Becker decidieron utilizar actores no profesionales en sus películas (Jean Kéraudy que participó en la fuga real de La Sante y actuó en "Le trou" nos deja con la boca abierta al demostrar la destreza de sus manos mutiladas). Igualmente, Jacques Audiard decide con gran acierto utilizar un actor desconocido para el papel del protagonista. La actuación del joven Tahar Rahim es espectacular. Construye su personaje a la perfección, le impregna del caracter que requiere en cada momento, evolucionando del joven indefenso al hombre ambicioso que aprende rapidamente a desenvolverse por si mismo. Esta impresionante interpretación ha sido recompensada con el Premio de Mejor Actor en los Premios Cesar y en los Premios

del cine Europeo. Para el papel del poderoso mafioso corso César, el elegido es el veterano Niels Arestrup ("La escafandra y la mariposa", "De latir mi corazón se ha parado"). Otra actuación para quitarse el sombrero. Contundente, sin escrúpulos, extorsionador y chantajista, su poder está latente tanto dentro como fuera de la cárcel. Se convertirá sin saberlo en el tutor ideal para el protagonista.

Para situar la escena el director visitó varios centros penitenciarios pero todos le pareci

eron muy viejos y deteriorados. Quería un modelo de cárcel más moderna, que reflejase a la sociedad multicultural actual pero que a la vez resultase rígida y claustrofóbica. No quedo más remedio que construir el escenario y el resultado es impresionante. Muy parecida a la prisión de La Santé donde se rodó "Le trou", las celdas no tienen las puertas con barrotes que estamos acostumbrados a ver todas las películas. Herméticas, con grandes puertas metálicas, parecen cámaras acorazadas que aunque nos de la sensación de opresión

y ahogo, también permiten cierta intimidad a los protagonistas (esto es fundamental para el plan de fuga en "Le trou"). La celda de Malik tiene una ventana adornada con celosía que ofrece una visión difusa del exterior creando la sensación de que la única realidad es la de aquí dentro. Ambas películas tienen planos idénticos en los que los reclusos intercambian objetos por las ventanas utilizando sábanas como cuerdas.










Hay que destacar también el fenomenal trabajo de montaje de Juliette Welfling y el director. Jacques Audiard ya contaba con experiencia ya que realizó el montaje junto a Roman Polanski en "El quimérico inquilino". A pesar de la larga duración de la cinta (150 minutos) el ritmo es trepidante de principio y a fin. La tensión no cede ni un palmo y al finalizar, el espectador por fin respira extenuado, con la extraña sensación de haber mantenido durante más de dos horas una cuchilla sujeta entre los dientes.

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